En los rellenos sanitarios también hay vida

Los animales y las plantas que coexisten en un ambiente natural son un indicador del estado de conservación del territorio. Esta biodiversidad es vital para mantener el equilibrio en la naturaleza y por ello, un grupo de biólogos caracterizó a las especies que habitan en dos rellenos sanitarios del país, espacios donde aparentemente no hay vida.

Icterus nigrogularis.

 

Comúnmente se les llama basureros, pero el nombre técnico es Parque Tecnológico Ambiental (PTA). En Cúcuta está el denominado Guayabal, ubicado en una zona árida de 177 hectáreas, y en Cesar recibe el nombre de Las Bateas, ubicado en el municipio de Aguachica. Ambos están en zona de bosque seco tropical.

La riqueza en fauna y en flora que hay en estos bosques es única y teniendo en cuenta que son espacios amenazados por las presiones humanas, es crucial investigar para que partiendo de una caracterización, se puedan diseñar estrategias de conservación que sean efectivas.

Didelphis marsupialis.

 

Fue así como la empresa Veolia, que cuenta con 12 PAT en el país para la disposición final de residuos sólidos, ejecutó un proyecto para conocer a las especies de animales y de plantas que están asociadas a los rellenos sanitarios.

El equipo de investigación fue liderado por el biólogo de la Universidad Nacional, sede Medellín, Carlos Cáceres. Junto con él participaron tres biólogos y un ecólogo al servicio de Veolia. 

Para hacer el monitoreo de las especies se requirió de varios meses de trabajo, en los que se instalaron cámaras trampa para apreciar a los animales en su hábitat.

Algunas de las conclusiones a las que llegó el equipo investigador es que pese a que existe un alto grado de intervención en los Parques Tecnológicos Ambientales, en las áreas en donde se hace la disposición final de los residuos (ordinarios -  peligrosos) y el manejo de lixiviados, las zonas verdes sirven de refugio para una variedad de especies, principalmente aves.

En el caso del relleno sanitario Guayabal se encontraron 64 especies de aves, entre las que se destacan el Bienparado común (Nyctibius griseus) y la garza silbadora (Syrigma sibilatrix). En el PTA Las Bateas el registro ascendió a 67 especies, seis de las cuales son migratorias.

En cuanto a mamíferos, la cifra de observaciones fue de 13 especies y entre ellas está el venado de cola blanca (Odocoileus goudotii), considerado como críticamente amenazado. 

 

De acuerdo con el biólogo Cáceres, “de esta especie hay pocos registros en el bosque seco y en el departamento. Se han visto pieles, cráneos y osamentas usadas por los cazadores como trofeo, pero ellos mismos afirman que este tipo de venados está extinto localmente”.

 

Una de las recomendaciones del biólogo es la necesidad de establecer planes de monitoreo y de manejo en el área para asegurar la preservación de estos mamíferos.

Para el caso de Las Bateas las especies identificadas fueron 15, entre ellas el felino Leopardus pardalis, críticamente amenazado en Colombia según el libro rojo de mamíferos.

Ahora bien, para el caso de anfibios y reptiles, en ambos rellenos sanitarios se caracterizaron 10 y 12 especies respectivamente.

En cuanto a flora, la investigación arrojó datos valiosos, como las 20 especies de árboles y arbustos en el PTA Guayabal, predominando la especie el Peraco (Platymiscium pinnatum). 

Además, hay dos tipos de bromelias que hacen parte de las especies en veda en Colombia, es decir, está prohibido su aprovechamiento. En Las Bateas también hay 20 especies de árboles, pero allí predomina el Guásimo (Guazuma ulmifolia). 

El paso a seguir en ambos Parques Tecnológicos Ambientales, según lo informado por Veolia, es darle continuidad al tratamiento de los residuos sin afectar la biodiversidad allí presente, pues los rellenos no son basureros sino espacios donde también hay vida.